martes, 1 de enero de 2013

Adrenalina fiestera!!! Y còmo sobrevivì a las Fiestas...dilemas morales

Impaciente se caminaba por esos dìas...fechas posteriores a saqueos sorpresivos (u organizados en la zona como se manifestaba en los medios y de boca de quienes generan opiniòn pùblica) No todas las fiestas son iguales o si lo son y uno los toma segùn "le pasan y le pesan los años". Pues a mi me han venido ambas sensaciones al mismo tiempo.
Las fiestas se suceden como prerrogativa de nuestra existencia. Y se pierden cuando se pasa a otra forma de vida ( o màs allà, o otro status de conciencia, o la mismidad de la nada misma).
Algunos tienen oportunidad de hacer balances; en cambio, padezco de la irrefrenable habilidad de no hacer ningùn tipo de recuento negativo y positivo, multiplicado o dividido de lo acontecido...es decir, soy de la gran masa de aquellos que se les viene, literalmente las cosas y las personas que le rodean encima y ya ha claudicado en poner en discusiòn esas presencias pero siempre se confiesa evitar pasar por un camino de decisiones cuyo desenlace ya sabe, y ¡Oh! se vuelve a lo mismo.
A este 2012 se le sumaba un apocalipsis prometido, profetizado, anunciado, anticipado, manijeado, en fin, potenciado por los medios de comunicaciòn y la explosiòn de las bla bla bla bla en las redes sociales, uf!!! què manera de leer y escribir vacuidad. He sometido y me sometieron a un sadomasoquismo tipogràfico.
Pues bien, esto persigueme con regularidad anual. Imposible escapar.
Sucediome sin embargo, el mismo 31 un dilema moral...estando en un local de Campana (donde venden fiambres (encurtidos) y quesos de todos los tamaños, colores, sabores, y en abundancia) encontrarme en esta brecha ¿de la conciencia?, del lìmite entre el bien y el mal, entre el "què diràn" y el "zafar", es decir, en un apriete ètico: habìa entrado, gente a montones, saco nùmero, 62; escucho a la señorita empleada cantar con lìrica voz: el 27 !!!!....para mis adentros dijeme: C I E L O S !!! (fueron otras las palabrotas).
Disfrutaba en uno de los rincones del pequeño local del aire frìo y artificialmente acondicionado, afuera unos 800 ºC a la sombra...por ende, lugar propicio para esperar a pesar de los juanetes ardientes, las vàrices exaltadas y ànimos no tan festivos.
Al lado mìo, una joven de unos 25 años me pregunta cuàl era mi nùmero (ibamos por el 25, el poseedor no se dio cuenta que habìan cantado su nùmero antes del 27 -còmo debe ser o como una cuestiòn ordinal- ) y coteja que tengo el 62...amablemente me cediò el nùmero "42"...y ahì fue el comienzo de mi dilema...le dije que no me podìa adelantar porque habìa gente que ya estaba esperando antes que yo, esto quiere decir desde el 27/25 al 62!!! y còmo iba a salir felizmente con veinte nùmeros menos...la chica en cuestiòn trato de suavizar la situaciòn para que el choque ètico (y no etilìco) fuera leve y me dijo: dice que es mi tìa, en definitiva yo la elegì a Ud. Upsssssssssss la tentaciòn del zafaroni argentino!!!! uyyyyyyyyyyyyyyy...en ningùn momento dije: no corresponde!!!!...Sòlo me preocupo lo que "iban a decir los demàs"...
Como me encontraba cerca de las heladeras se acercò una señora para buscar una de estas bebidas que toman los deportistas porque contienen màs sales que lo habitual...la señora mayor (unos setenta años tal vez) pregunto si las veìa, al final otra respondiò y abrì la puerta y se la dì...ahì mismo me comento que estaba con la presiòn baja, que estaba sola, que su hija estaba en un balneario de la costa atlàntica, de su hermano que estaba en San Martìn de los Andes, de que habìa enviudado, que la noche anterior le habìan tomado la presiòn siendo 90-50, y le preguntè que nùmero tenìa, el 65, y le entreguè el 42.
Previamente le habìa dicho que se acercara al mostrador y pidiera ser atendida antes por su tema de la presiòn, no quiso.

Fue atendida inmediatamente porque todo esta circunstancia aconteciò mientras el mundo seguìa su curso. Me acerque a quien me habìa dado el nùmero y le dije: se acabo mi dilema moral.
Y esto paso este fin de 2912.



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